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La apretada hijastrastra de Juan siempre estaba lista para complacerlo y él no podía estar más agradecido por tenerla en su vida.
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La hijastrastra era tan estrecha que cuando la penetraba, sentía como si la estuviera desvirgando una y otra vez.
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La hijastrastra de Juan era tan estrecha que a veces le costaba trabajo entrar, pero cada vez que lo hacía, era una experiencia inolvidable.
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